RESTAURACIÓN DE LA CUBIERTA DE LA CAPILLA DE SAN BARTOLOMÉ Y DE LOS MUROS EN LA CABECERA DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO EL VIEJO (HUESCA
La actuación llevada a cabo en la cabecera de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca forma parte de una aspiración ya histórica encaminada a recuperar esta importante parte del conjunto monumental, que ha quedado oculta e inaccesible durante siglos por la ocupación de edificaciones residenciales de la manzana colindante. En 2019 el Ayuntamiento de Huesca acometió las obras de demolición de las edificaciones residenciales que se habían ‘avalanzado’ sobre la capilla de San Bartolomé y, de manera parcial, también sobre el ábside sur. Quedaba liberada así una franja estrecha que ha posibilitado la realización de esta obra de restauración y de reconfiguración de los volúmenes del templo románico.
El punto de partida era el de un monumento completamente desfigurado, con cubiertas, aleros y canetes desparecidos, y unos lienzos de sillares en condición “taladrada” por agujeros, catas, rozas, apoyo de vigas zancas de escalera, huecos para bajantes, cajeos diversos, etc. Y en la base de los muros de los ábsides, unas condiciones de intensísima humedad con sillares completamente erosionados, en unos muros que manifiestan una pérdida muy notable de su espesor inicial.
A pesar
de esta condición de partida tan alterada, la intervención llevada a cabo por
CEROUNO ARQUITECTOS conjuntamente con GRUPO GEN ARQUITECTURA ha apostado por
mantener en mayor grado posible de autenticidad del conjunto, y para ello el riguroso
estudio constructivo, petrológico e histórico de los restos conservados de
molduras, canetes y encuentros ha sido determinante para adoptar las soluciones
constructivas finales. La cubierta de San Bartolomé se resuelve con dos
faldones inclinados de cubierta de teja árabe, con la inclinación original bien
determinada en el hastial sur. Se ha reconstruido la cubierta del espacio
recayente hacia el claustro, con la misma solución que existe en el resto de
capillas, al objeto de otorgar la máxima continuidad con el conjunto de
cubiertas existentes en el claustro. En el ábside central se ha recuperado el
hastial y cubierta a dos aguas de la nave principal, que había quedado
completamente desfigurado en sucesivas intervenciones de remodelación de los
tejados.
Los trabajos en las fachadas han tenido como primera tarea la de
proceder a una respetuosa limpieza que ha permitido retirar todos los
materiales que se han quedado adheridos a lo largo de los siglos y, al mismo
tiempo, poder comprobar el estado real de conservación de cada uno de los
sillares, ratificando de esta manera, o modificando en algún caso, los
criterios de intervención que establecía el proyecto. Únicamente los sillares
desaparecidos o irreversiblemente deteriorados en los elementos definitorios de
los volúmenes arquitectónicos del conjunto han sido repuestos: cornisas curvas
o rectas, canetes, arquivoltas, jambas, alfeizares, etc.
En los tramos inferiores, la determinación de los sillares a
sustituir no ha resultado sencilla dado que los sillares nuevos deben seguir la
superficie curva original del lienzo, quedando así muy resaltados respecto de
las superficies erosionadas. Pero la apuesta por tratar de mantener la mayor
parte posible de los elementos original ha prevalecido sobre la tentadora idea
de reconstruir de manera completa la geometría perfecta de estos volúmenes. El
tiempo trabajará de nuestra parte, y aportará una pátina a la superficie de los
nuevos sillares, que resultará en una superficie mucho más integrada con los
antiguos.
Promotor: Gobierno de Aragón.Constructor: Piedra Casbi, S.L.