El 5 de agosto de 2002 se publica en el Boletín Oficial de Aragón
la Orden por la que se declara Bien catalogado del
patrimonio Cultural aragonés la ermita de Nuestra Señora de Santa María de Gañarul
en el término municipal de Agón (Zaragoza). La ermita, en las últimas décadas,
estuvo sujeta a un proceso de deterioro muy considerable, agravado por la
inexistencia de la cubierta de teja, y por el derrumbe de las cerchas de madera
de madera sobre las mismas bóvedas de la ermita. Por este alarmante estado,
este edificio estaba incluido en la lista roja del patrimonio Mundial de la
Humanidad.
En 2009, se redactó un proyecto de restauración que no llegó a ejecutarse. Unos años antes, en 2007, se
habían colocado unos tensores para atirantar las fachadas de ladrillo, y la
cubierta aún quedaba parcialmente en pie. En 2018, con una situación
insostenible con las bóvedas completamente expuestas a la intemperie desde hace
muchos años, la obtención de la parcela de la ermita por parte del Ayuntamiento
de Agón posibilita que la DGA acometa las obras, y el arquitecto Miguel Andrés Pérez Cubero (DGA) redacta un proyecto menos ambicioso que el inicial, que
acomete las cuestiones de consolidación estructural y restauración exterior de
la ermita. Las obras de restauración de la ermita de Nuestra Señora de Gañarul,
en el despoblado de Gañarul, término municipal de Agón (Zaragoza) fueron
adjudicadas a la empresa Servicios y Contratas Nagarán S.L. y se iniciaron el
día 23 de octubre de 2018.
Es una construcción sencilla, exenta, de dimensiones reducidas, alejada de las casas que configuraron la localidad y que hoy se conserva en muy mal estado. Data del siglo XVI y en sus muros perdura la decoración mudéjar. A partir de 1583 se une a la Parroquia de Agón.
En los criterios de intervención se ha adoptado una actitud
respetuosa y conservadora con todos aquellos elementos que el edificio nos
presentaba, y que podrían ayudar a entender la historia de este edificio de
sencilla factura, en el que han intervenido muchos albañiles, con medios
austeros y en ocasiones sin una visión integradora del conjunto. Existen muchas
imperfecciones que se han preferido manifestar, con el planteamiento de conservar
en la mayor medida posible la fábrica de ladrillo que ha llegado a nuestros
días. Los trabajos de albañilería han sido realizados en etapas diferentes, con
la intervención de alarifes de muy distinta capacidad. Los motivos de la
fachada norte, en el tramo central, son los más sofisticados, con baquetones
semicilíndricos de ladrillo. En la ampliación oeste, los motivos geométricos
son un zig-zag muy vertical, y de aspecto más primitivo que la ampliación de la
fachada este. En ambos casos se han detectado varios triángulos recubiertos con
una capa de yeso, que se conserva con claridad en varios triángulos del lienzo
norte (sección oeste). Por este motivo, se ha decidido dar una continuidad en
el detalle en las tres caras de la ampliación este, mediante el recubrimiento
del interior de aquellos triángulos que no poseen relleno, manteniendo por otro
lado el de aquellos triángulos cuyo revestimiento se ha conservado.
Han intervenido en la obra las siguientes personas y empresas:
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Por la Dirección Facultativa: CEROUNO Arquitectos / Pablo de la
Cal Nicolás, José Antonio Alfaro Lera, Gabriel Oliván Bascones y Carlos Labarta
Aizpún.
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Dirección de Ejecución y Coordinador de Seguridad y Salud: Grupo
GEN Arquitectura / Javier Corzán Pérez, Arquitecto, David Cerezo Zanuel, Javier
Hernando Labella y Sergio Latre Palacios.
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Empresa Constructora: Servicios y Contratas Nagarán S.L., con
Miguel García Pérez, como maestro de obras, quien ha llevado a cabo un trabajo
de restauración ejemplar, con una organización del trabajo impecable y una
sensibilidad hacia la ermita muy especial. Antonio Navarro, Javier García Pérez
y Raúl García Aranda, han resultado imprescindibles desde la oficina técnica. Y
a pie de obra los verdaderos artífices de la recuperación de la ermita: los albañiles
Sergio Almarza, José Luis Garcés, Luis Miguel Hernández, y sus ayudantes Juan
Carlos Hernández, Gustavo Villarroya, Javier Alcaraz, Bogdam Serghieuscu y
Ramón González González. Como encargado de los suministros ha estado Santiago
Sanmartín. Los trabajos de carpintería han sido desarrollados por Carlos
Magallón, de Tarazona, y la cerrajería ha sido responsabilidad de Talleres
Moncayo.
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Los trabajos de supervisión arqueológica han sido realizados por la
arqueóloga María Cruz Pérez, y los trabajos de restauración han estado bajo la
supervisión y ejecución de Ercarna Ripollés (Albarium).
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Por la Dirección General de Patrimonio Cultural: Fernando López
Barrena (Jefe de Servicio de Patrimonio Cultural), Miguel Pérez Cubero (autor
del proyecto), María José Díez y Elena Tabuenca.
En todo momento, el apoyo de la corporación municipal de Agón ha
sido constante en todo el proceso, y hemos encontrado en las ganas de sus
promotores y de los vecinos de la localidad que llevan comprometidos con esta
recuperación desde hace décadas un añadido motivo emocional para realizar esta
actuación de la mejor manera posible.
La obra se ha terminado con fecha 20 de diciembre de 2018, en el
plazo convenido, de manera adecuada, y con un importe final que asciende a la
cantidad de 120.467,78 euros (IVA incluido).