Ante un entorno heterogéneo, consecuencia de un sumatorio de edificios dispares, el proyecto incide en su orden interno como factor de armonía del conjunto. El programa se entiende, siguiendo la tradición moderna, como argumento de consistencia para el conjunto. Las zonas de circulación así como los despachos y aulas de apoyo se disponen en la fachada norte, mientras que las aulas, de manera seriada, se ubican sobre la buena orientación.
De este modo se proyecta un volumen compacto, rotundo y modulado cuyo orden se traduce en las fachadas. La expresión de la fachada a la calle, más austera, se confía a la labor del ladrillo, en consonancia con la tradición constructiva local así como con el edificio original del colegio y, en referencia más lejana, con el cercano Palacio de Larrinaga. La modulación de los huecos ha sido largamente pensada con múltiples opciones entre las que se ha elegido la propuesta. Toda la fachada se modula de acuerdo con la labor del ladrillo a soga de 25 cms.
Desde la voluntad de no tener que cortar ninguna pieza se ha ordenado el conjunto. La medida de los huecos en planta baja se reduce a una anchura de 75 cms., que garantiza la correcta iluminación natural, a la vez que se protege de la exposición a los viandantes. Esta planta, igualmente, muestra unas hendiduras verticales derivadas de la labor del ladrillo.
La fachada interior, por el contrario, más soleada y con vistas más largas sobre el patio de recreo del colegio, se concibe como un gran panel modulado por la expresión de la estructura de hormigón. Cada una de las celdas del panel corresponde a las diferentes aulas. El estudio del despiece de las carpinterías, así como la combinación de las partes acristaladas y las ciegas, se ha realizado desde un meticuloso esfuerzo compositivo de proporciones basadas en la sección áurea. El acabado de las partes opacas se realiza con paneles Larson que incorporan una nota de color siguiendo los tonos corporativos de la entidad propietaria del colegio.
La fachada interior, por el contrario, más soleada y con vistas más largas sobre el patio de recreo del colegio, se concibe como un gran panel modulado por la expresión de la estructura de hormigón. Cada una de las celdas del panel corresponde a las diferentes aulas. El estudio del despiece de las carpinterías, así como la combinación de las partes acristaladas y las ciegas, se ha realizado desde un meticuloso esfuerzo compositivo de proporciones basadas en la sección áurea. El acabado de las partes opacas se realiza con paneles Larson que incorporan una nota de color siguiendo los tonos corporativos de la entidad propietaria del colegio.
